Un entorno tan vasto y, sin embargo no hay lazos, o relaciones que hagan pensar que el cuerpo no está solo. Tal vez la compañía sea una convención creada por el hombre para determinar que, si no se está con otro; un otro conocido previamente, se está solo.
En este lugar, la vastedad, lo abrumador de los sonidos, de los colores, de los matices, de los sentimientos, hace que sea imposible captar todo; sobre todo, por sobre todo, para quien su estado, no incentiva los sentidos, mucho menos los sentimientos; sino que los obstruye, los anula.
El cuerpo sigue su marcha y se comienza a percibir algo que lo rodea, lo toca, lo envuelve, lo hace parte de algo; aunque imposible es determinar de que lo hace parte; pero se percibe que el entorno es otro, lo envuelve y lo hace parte, lo protege y lo hace parte, lo llora y lo hace parte, lo canta y lo hace parte, lo funde , y ya es parte.
El cuerpo dejó de serlo, para transformarse en persona, en otro estado, pero persona.
Sigue la marcha, lenta marcha, triste marcha, roja y humanizante marcha, pero él ya es parte del todo, ya no está solo, ahora es cautivo, felizmente cautivo de un todo, ya no estará solo y, aunque no conozca a nadie; sabe que conoce a todos, porque ahora todos son él.
Ya no está muerto, ahora es cautivo de la historia y de su pueblo.
Excelente!
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