sábado, 28 de septiembre de 2013

Y el presente, se volvió futuro.

Salía de casa cada mañana, o tal vez algunas, pero; la distancia, la distancia que pone el tiempo hace que lo ocasional y maravilloso vuelva en el recuerdo, en la extraña paradoja de algo habitual, al tiempo  que extraordinario. Entonces, cada mañana (o algunas) al salir de casa me iba derechito al campito; el pasillo de casa era largo, larguísimo mirado desde mi escaso metro de estatura, y en el camino hasta la puerta, llegaba el grito desde adentro;

 - “Ojo al cruzar, y si se va la pelota a la Avenida, que la busquen los mas grandes”, era lo último audible de la frase antes del golpe de la puerta al cerrar.

La Avenida, era la General Paz, “la gene”; y los mas grandes, los que tenían que ir en lugar mío a buscar la pelota si se iba a la avenida, debían tener como 5 o 6 años, igual había otros mas grandes todavía.

200 metros y llegaba, pero había que ir corriendo para llegar mas rápido; había que llegar lo antes posible al campito, ahí estaba todo. Los Amigos.

En el campito estaba seguro, estaba confiado, no me podía pasar nada, estaban los amigos. ¿Qué podía pasar? Nada.

En el campito se podía hacer todo, no había nada que no se pudiese hacer, jugamos a la pelota, y éramos jugadores de la primera de Boca, o de la selección. No retorcíamos en una pirueta en el aire y caíamos de espalda en la tierra, pero resultaba ser la mejor “chilena” que se había visto en la historia; hacíamos goles de “palomita”, en ese intento de cabecear en el aire cuando en realidad estábamos en el suelo y a la pelota le pegábamos con la nariz; pero a la noche, cuando no acordábamos de esa jugada, el recuerdo era como flotando en el aire, suspendidos en el tiempo y dándole a la pelota con todo el parietal derecho de lleno. Nunca nadie había hecho algo así. ¡Qué Golazo!

Pasó el tiempo, lentamente rápido, y la seguridad y la confianza se trasladaron a otras cosas, de repente éramos grandes; grandes pibes que, en un país que recuperaba la esperanza, teníamos la responsabilidad de ser pibes grandes; los amigos se transformaron en compañeros y la seguridad y confianza en uno, se transformó en solidaridad. Una palabra nueva.

Duró poco, lloramos mucho, perdimos demasiado.

Seguimos como pudimos, pero todo el tiempo parecía que no podíamos seguir.

La alegría era una palabra para el uso individual, o mejor dicho uso compartido pero de carácter privado, de la vida de uno y la de los afectos; pero alegría colectiva;  sólo de a ratos; en esos 30 años que parecían que marcaban la forma de lo que iba ser siempre así.


Y un día el presente, tomó dimensión de futuro. 

Hermoso.

viernes, 27 de septiembre de 2013

La educación como construcción entre iguales, como construcción de la ética.

Entendemos que Sócrates hace una marcada distinción entre la mediación para llegar al conocimiento, a partir de los diálogos a los que hace referencia durante el juicio, y de los cuales acepta haber participado; en contraposición a la transmisión de la educación, señalando a los sofistas como mercaderes de estas prácticas. Evita no obstante juzgarlas como impropias en forma explícita, apelando a la ironía para emitir su juicio al respecto. “Pues cada uno de ellos, cuando va a cada una de las ciudades donde los jóvenes pueden recibir lecciones gratuitamente de sus conciudadanos, los convencen de que abandonen las lecciones de éstos y reciban las suyas, pagándoles dinero y quedándoles, además, reconocidos”. Platón. Apología de Sócrates. II – 19e – 20 a.
Sí, en cambio manifiesta explícitamente su valoración de la educación y del educador como mediación hacia el conocimiento, en un acto de diálogo entre pares, que entendemos se muestra en varios aspectos, a saber: primero al colocar en un plano de igualdad a quien quisiera dialogar, no reparando en edades ni condiciones económicas; en segundo lugar marcaba una igualdad, ya que lo que decía podía ser escuchado por los demás, si quisieran y no bajo un esquema de autoridad jerárquica; y en tercer lugar, en un aspecto fundamental, el de colocar al otro como un par en la construcción del conocimiento a través de las preguntas y el diálogo. “Yo en rigor, no he llegado a ser maestro de nadie. Si al realizar mi tarea alguien quería escuchar lo que yo decía, fuera joven o anciano, nadie jamás se lo impedía. Yo no dialogo cuando recibo dinero y me niego cuando no lo recibo, sino que de manera similar me ofrezco al rico y al pobre para que interroguen y para escuchar, si quieren, lo que yo digo al responder”. Platón. Apología de Sócrates. VI.b.

Encontramos que en esta distinción entre una y otra forma de educación, hay una definición explícita entre una acción de tipo terrenal, de la vida privada, de finitud  y de imperfección; a la que se opone una noción de la educación como una forma de conocer el bien, que se inicia con el conocimiento de sí mismo y a partir de allí de poder conocer el mundo, implicando en esta lógica que si se conoce el bien, por consecuencia se actúa bien; en el sentido de llegar al saber, al conocimiento; y es en ese proceso de buscar el bien en el conocimiento, donde el individuo se transforma asimismo.

Vemos en Platón de República, que en la educación muestra un proceso, que densifica el mero término. Lo plantea como proceso de aprendizaje y de transformación hacia el bien, hacia lo bello, y hacia lo verdadero. Es un proceso pedagógico, pero también es un proceso de construcción de la ética; como “…una tarea de nosotros, los fundadores de este Estado, la de obligar a los hombres de naturaleza mejor dotada a emprender el estudio que hemos dicho antes que era el supremo, contemplar el Bien y llevar a cabo aquel ascenso…” Platón. República VII. 519c.

Vemos esa construcción ética a través de la educación como un proceso de búsqueda del conocimiento, que no ofrece  promesas de premios materiales a través de una transmisión rentada de la información; a quienes luego tendrán el deber de educar y guiar, sino un compromiso ético, para sí, y en relación a la polis, no permitiéndoles “… no estar dispuestos a descender junto a aquellos prisioneros, ni participar en sus trabajos y recompensas, sean éstas insignificantes o valiosas” Platón. República. VII 519d

En este contexto, entendemos que el lugar de la Filosofía, es el lugar del deseo de conocimiento y la comprensión del todo;  la tendencia hacia el conocimiento de la unidad. A través del proceso del conocimiento, nos aproximamos a la sabiduría y con ella a la verdad. Sócrates no se consideraba sabio; pero era sí el mas sabio entre los suyos y esa es su aproximación a la verdad; una verdad que existe, que es preexistente y en la que se encuentra el sentido de unidad; es la unidad del Kosmos, de la cual deriva la multiplicidad, y desde la cual debemos  hacer un recorrido que, a través del conocimiento vuelve a reunirse con la unidad. Su función primera es poder reunir lo múltiple con lo único.

En el mundo Griego, lo múltiple es lo finito, lo inestable, lo diferente; y se da en el ámbito de lo mundano, en el ámbito de la percepción; en la caverna.

Lo real, es lo estable, lo que está,  bello, bueno y verdadero, y es hacia donde deseamos ir a través de la sabiduría. Ese deseo no es apetencia,  que se agota con la obtención de lo que queremos; es un deseo permanente, que nos mueve en forma constante a buscar la verdad y es una causa que da origen y finalidad, y aparece en Platón como una relación dialéctica y que debe ser tempranamente educada ya que “…si desde la infancia se trabajara podando en tal naturaleza lo que, con su peso plomífero y su afinidad con lo que tiene génesis y adherido por medio de la glotonería, lujuria y placeres de esa índole, inclina hacia abajo la vista del alma…” Platón. República VII. 519b. se lograría volcar la mirada de los hombres hacia lo verdadero.

Es entonces función de la Filosofía en el Mundo Griego ocuparse de la educación a fin de enseñar que los hombres deben tener por objetivo, intentar la reunión de lo múltiple en la Unidad, transitando el camino del conocimiento; y que “…de este modo el aprendizaje concerniente a la unidad, puede estar entre los que guían y vuelven el alma hacia la contemplación de lo que es”. Platón. República VII. 524e.


Podríamos concluir que ambos textos coinciden, en que el camino del conocimiento es el camino de la transformación de uno mismo, para llegar a la verdad; y ese camino se transita a través de la educación, para la cual la Filosofía es el medio mas adecuado.

Autores: Tamara Waisman y Jorge Vázquez

jueves, 26 de septiembre de 2013

¿Qué hacían mis viejos antes que los conociera?

Exactamente 9 meses antes de que naciera, mi viejo participaba de la toma de un frigoríco (En casa toda la vida se lo nombró como EL FRIGORIFICO) mi vieja, con mi abuelo, hacían el aguante en las rejas, para evitar la represión.


Nota del sitio de la CTA.

Hacia fines de 1958 el gobierno de Arturo Frondizi abandonó rápidamente su retórica de desarrollo industrial nacional para inclinarse hacia una industrialización dependiente del capital extranjero y del imperialismo.

La Argentina ingresaba a una crisis crónica de balanza de pagos y, a cambio de un préstamo del FMI, Frondizi se comprometía a la aplicación de un llamado Plan de Estabilización, basado esencialmente en la liberalización del mercado cambiario, la devaluación del peso y un enorme estímulo a la inversión extranjera mediante rebajas impositivas, permiso ilimitado para remesa de beneficios al exterior, reducción radical de tarifas aduaneras, suspensión de control de precios y restricciones comerciales.

Junto con esto, la congelación salarial, el aumento drástico de tarifas, la reducción del gasto mediante la paralización de la obra pública y el despido de la planta de empleados públicos de 40.000 agentes, además de privatizaciones en el sector petrolero, productivo y de servicios. Bah, la clásica receta del Fondo Monetario, pero que entonces sonaba novedosa...
La resistencia y la lucha contra ese plan alcanzó su pico más combativo a mediados de enero de 1959, tras la privatización del frigorífico Lisandro de la Torre.
El día 17 de enero el ejército, con tanques, desalojó a los obreros huelguistas de la planta. 

Cientos fueron encarcelados.

Una década antes que el Rosariazo y el Cordobazo, en una comuna de alcances, metodología y conciencia verdaderamente revolucionarios, el pueblo de la ciudad de Buenos Aires protagonizó una heroica gesta tras la toma por sus nueve mil obreros del frigorífico municipal Lisandro de la Torre para enfrentar a la privatización ordenada por el gobierno. 

Los objetivos, los métodos, y la organización propia de la clase trabajadora, arrastró tras de sí al barrio entero, Mataderos, que dependiente de la vida y funcionamiento de la gigantesca fábrica, se plegó en una insurrección popular inusitada, mientras millones de trabajadores participaron de la huelga general de solidaridad, impuesta por el ímpetu y la fuerza de los hechos, a la conducción vacilante de la CGT.

En el Lisandro se faenaban un millón y medio de kilos de carne vacuna por día, además de ovina y porcina. La importancia del Lisandro de la Torre para una política nacional de carnes era inmensa, pues regulaba a todos los demás, y permitía al Estado recuperar una gran cantidad de divisas provenientes de su cuota de exportación, a la vez que fijaba el precio al consumo.

Conocida la noticia de la privatización del frigorífico más grande de América latina, los trabajadores se organizaron para resistirla. La fábrica contaba con un sindicato autónomo ganado por una lista peronista de línea dura conducida por Sebastián Borro, y un poderoso y disciplinado cuerpo de delegados que funcionaba con andato democrático de asamblea. Los obreros se preparaban para rechazar la privatización.

Tenían un contraproyecto para aumentar la productividad y el rendimiento de la planta mediante la adquisición de maquinaria para la utilización y aprovechamiento del sebo, la cerda, la sangre, las pezuñas, etcétera.

Al decir de los trabajadores: -Lo único que no pudimos lograr fue una forma de industrializar el mugido.

Tenían además un argumento de hierro para justificar el mantenimiento del establecimiento en manos del Estado: el frigorífico había servido como un enorme freno contra las empresas monopólicas. El 14 de enero, sin embargo, se sanciona la ley de privatización. Una asamblea de los trabajadores decide la toma y el paro por tiempo indeterminado. Se pide a las 62 Organizaciones, además, que convoque a un paro general. Se forman grupos de obreros para cuidar la maquinaria, evitar sabotajes y atender a los animales.

Previendo la posible represión y basados en experiencias anteriores, organizan la defensa: mantener la caldera encendida para resistir con mangueras de agua caliente; apostar un grupo de obreros para largar la hacienda acumulada si entraban a desalojarlos. Otra comisión visita comercios y vecinos buscando ayuda solidaria. Dos horas después de tomado el frigorífico, decenas de miles de personas rodean la planta en señal solidaria. Durante toda la jornada la fábrica será el centro organizador: estudiantes, vecinos, familiares, comerciantes, todos participarán. La prensa nacional se apostaba en la entrada, ante el portón en el que se cuelga una bandera que reza -En defensa del patrimonio nacional.

Ante la proclama de la huelga, el Comando Nacional de la Resistencia peronista, a través de John William Cooke, declaraba: -Los agentes del imperialismo, desde los cargos oficiales, utilizan el monopolio de la propaganda para atribuir a la huela general los móviles más aviesos y las complicidades más absurdas.

(...) Esta huelga es política, en el sentido de que obedece a móviles más amplios y trascendentes que un aumento de salarios o una fijación de jornada laboral.

Aquí se lucha por el futuro de la clase trabajadora y por el futuro de la nación. Los obreros argentinos no desean ver a su patria sumida en la indignidad colonial, juguete de los designios de los imperialismos en lucha. (...) En un país sometido al capital foráneo, no hay posibilidades de desarrollo nacional. Tampoco puede existir una justa participación de la clase trabajadora en la conducción política, ni en el reparto del producto social. (...) Si los medios de lucha que ha usado no son del agrado de los personajes que detentan posiciones oficiales, les recordamos que los ciudadanos no tienen posibilidad de expresarse democráticamente y deben alternar entre persecuciones policiales y elecciones fraudulentas. No es posible proscribir al pueblo de los asuntos nacionales y luego pretender que acepte pasivamente el atropello de sus libertades, a sus intereses materiales y a la soberanía argentina. No sé si este movimiento de protesta es -subversivo-eso es cuestión de terminología, y en los países coloniales son las oligarquías las que manejan el diccionario.

(...) Por ello el pueblo está en su derecho de apelar a todos los recursos y a toda clase de lucha para  impedir que siga adelante el siniestro plan entreguista.
Como representante de Frondizi, el jefe de la Policía Federal, el capitán Ezequiel Niceto, negocia con los obreros y les conmina a que reanuden el trabajo. Les sugería además que pensaran en hacer una cooperativa para arrendar el frigorífico. Los obreros rechazan la propuesta. Al día siguiente se comunica la decisión gubernamental: -Si se mantiene la huelga y la ocupación, el Poder Ejecutivo actuará con toda decisión y energía. Los representantes obreros responden: -(...) el gremio ha decretado la huelga en una asamblea, y nosotros, que somos los representantes del gremio, la haremos cumplir hasta que sea derogada la ley. A la medianoche del día 16, el Ministerio de Trabajo declara ilegal el paro y ordena desalojar el establecimiento a las 3 horas del día 17 de enero.
Se desencadena la represión.

Los piquetes obreros colocados en cada esquina dan la alarma. A la madrugada, veintidós ómnibus cargados de agentes federales se aproximan al frigorífico.

La fuerza represiva sumaba 2.000 hombres. Un tanque militar atropella el portón de la entrada y comienzan los bombazos. Más de 6.000 obreros reunidos alrededor del mástil en el patio de la planta, comienzan a cantar el himno nacional. (-Si en ese momento la gente hubiera tenido algo en la mano no sé lo que hubiera sido capaz de hacer. ¡Realmente era un sentimiento de odio y de bronca! [...] Un ladrillo, cualquier cosa querían tirarle al tanque, cualquier cosa...). Algunos corren a refugiarse de las balas y gases policiales; otros, cuchillo en mano, se abalanzan contra la policía.
Quienes tenían la misión de largar la hacienda lo intentan en vano.

En la huelga de 1948 las largamos y fue una estampida de decenas de miles de cabezas que se llevaba todo por delante, no quedaba nadie, ni policías ni nosotros. En cambio en el 59 salieron, pero al trotecito, y se pusieron a comer el pasto de las veredas: parece que las vacas también habían hecho su experiencia.... Luego de largas horas de una heroica resistencia, los obreros finalmente serán desalojados.

Las 62 Organizaciones, al frente de la CGT, decretan el paro nacional.

Sin organizar la medida y sin tomar ninguna precaución, los dirigentes vuelven a sus respectivos sindicatos. Al llegar, uno a uno serán detenidos: la burocracia se quitaba así de encima la responsabilidad de garantizar el paro que había declarado.

La huelga quedó en manos de nuevos y jóvenes dirigentes. A pesar de la ausencia de dirigentes de primer nivel, el paro se siente fuerte en todo el país. Fue la primera huelga general por tiempo indeterminado de la historia nacional. Los trabajadores de los frigoríficos privados Swift y Armour se pliegan a la huelga con una combatividad tal que el gobierno sólo pudo detenerla mediante una brutal militarización y represión en toda la zona.

El vicepresidente José María Guido, a cargo del Ejecutivo por ausencia del presidente, se dispone a movilizar a las Fuerzas Armadas mientras los medios de comunicación anunciaban la posible aplicación del Plan Conintes (mediante el cual el gobierno movilizaba al aparato represivo de las Fuerzas Armadas ante casos de CONmoción INterior del EStado, y determinaba el juicio a civiles por tribunales militares).

Tras el desalojo, el enfrentamiento se trasladó al corazón del barrio de Mataderos. 

Durante cinco días, militantes, obreros, vecinos y comerciantes se enfrentaron a la policía ¡y al ejército! en feroces  batallas con características de insurrección urbana.

La clase obrera de la zona se transformó en el dirigente espiritual de la población vecina. Era la industria frigorífica predominante quien gobernaba y ordenaba la existencia misma de todo ese complejo urbano.

Los lazos informales de la familia, la vecindad y el lugar de trabajo adquirieron una potente homogeneidad, reforzada en su máxima expresión cuando el Estado y su aparato represivo se aprestó a atacarlos. Estos lazos primarios fueron los que comenzaron de entrada a proveer la seguridad y defensa a los obreros y activistas en un plano que ninguna organización formal podía igualar.

El barrio vivió una conmoción: en la calle, ¡con las manos!, se levantaron las vías del tranvía. Se hicieron barricadas arrancando el adoquinado, se derribaron árboles, se acumulaba madera, se prendía fuego. Participaba todo el mundo, los obreros, los militantes, los familiares y los vecinos. Inclusive los comercios se adhirieron, porque era una lucha que le pertenecía a todo Mataderos.

Durante la noche, los propios vecinos, junto a los obreros, cortaban la iluminación para impedir el ingreso de la policía. Los trabajadores de las inmensas fábricas vecinas, Pirelli y Federal, se unieron a los del frigorífico.

Finalmente, toda esta enorme energía será desarticulada.

El frigorífico será privatizado a mediados de 1960 y entregado a la CAP (Corporación Argentina de Productores de carne), que lo mantendría durante años con suculentos subsidios del Estado. (El complejo se le vendió a la CAP en 380 millones y se le dieron 500 millones para reconvertirlo; sin embargo, la CAP sólo terminó pagando en concepto de compra, de esos 500, 38 millones: todo una anticipación del modus operandi de los 90). Más de cinco mil obreros quedarían en la calle y sus dirigentes fueron detenidos.

El control que la organización obrera había ejercido sobre la producción fue progresivamente debilitado y nuevas condiciones de productividad fueron impuestas.

La represión, el aislamiento y el abandono de la conducción sindical debilitaron al movimiento huelguístico. La burocracia sindical peronista levantó la huelga replegada tras las espaldas del gobierno, temerosa de perder las tibias prebendas cedidas por Frondizi y de la energía con que la clase trabajadora, arrastrando a la mayoría de los sectores populares, tomaba en sus propias manos la lucha contra el plan de entrega reaccionario y la defensa de lo nacional.

A pesar de todo, el proyecto desarrollista de Frondizi quedó definitivamente en el basurero de la historia, pero la resistencia de los obreros del Lisandro de la Torre permanecerá por siempre en la memoria histórica de los trabajadores argentinos.

martes, 24 de septiembre de 2013

Los Primeros Pensamientos Sobre Filosofía y Estado


La función asignada a la filosofía en el Mundo Griego, es la de tender a la reunión de lo múltiple en la unidad, de manera que, en todas las disciplinas o áreas del conocimiento y la acción humana, será ésta su función de origen y finalidad. La filosofía busca desarrollar el pensamiento crítico como un método de dar sentido a la información (que sólo es una mercancía para los sofistas) para encontrar la finalidad de lo que hacemos. La pregunta filosófica, es la pregunta que da el sentido a lo que hacemos. “De este modo me pregunté, sobre la base del oráculo, si no era mejor ser como soy: no siendo sabio en cuanto a la sabiduría de ellos, ni ignorante en cuanto a su ignorancia, en lugar de poseer ambas cosas,  como aquellos. Respondí tanto al oráculo como a mí mismo que es mejor ser como soy” Platón. Apología de Sócrates. II. 22 e.

Aquí Sócrates se hace la pregunta, en cuya respuesta convergen y se sintetizan diferentes multiplicidades en una unidad. Se pregunta, y lo hace sobre la base del oráculo, de manera que pregunta desde “lo dado”. Y Responde que entre la sabiduría parcial, y el engaño que ésta proporcionaba a los “especialistas”, al hacerlos suponer que también eran sabios en otras cosas, él prefiere continuar consciente de que no sabía prácticamente nada. Y esa respuesta, una vez mas, se la da a sí mismo y al oráculo.

¿Qué descubre Sócrates? La dimensión de sí mismo, y su relación con la Polis y con el Universo. Ese sólo descubrimiento, lo transforma a sí mismo, lo aproxima a la verdad; y eso es bueno para él y de manera tal, que es bueno para el bien común.

En esa polis, Sócrates refiere a una función social del ciudadano, aquel que cada hombre debe cumplir en su accionar, y que debe estar regido por lo justo o lo injusto de su obrar, y juzgado por lo bueno o malo de su accionar; sin calcular en ello el riesgo de vida y muerte, ni el descuido de sus bienes y familia en cumplimiento de su rol social que, es persuadir a sus semejantes, de no preocuparse por cuestiones mundanas, sin atender su alma para alcanzar la perfección; porque de allí saldrán todas los demás bienes, tanto para los hombres como para la polis; diciéndoles:  “Yo los respeto, señores atenienses, y los estimo, pero he de obedecer al dios antes que a ustedes, y mientras tenga un hálito de vida y [sea] capaz de ello, no cesaré de filosofar, y de exhortarlos a ustedes, y de explicarle a aquel de ustedes que encontrase, diciéndole cosas como las que digo”. Platón. Apología de Sócrates. IV. 29d.

En República, Platón desarrolla una idea mas acabada del Estado, en su estratificación, el órden social, y los instrumentos, procesos y formas de relaciones  para esa organización; pero esa idea continúa siendo La Idea de lo Perfecto; en esta idea, en las formas de organización buscadas y en la manera de llegar a ellas, encontramos tres ejes que caracterizan la obra y se relacionan permanentemente entre sí, lo Etico-Pedagógico, lo Pedagógico-Político y lo Metafísico, en una relación dialéctica entre éstos, y la filosofía en sí. “…haciendo que unos y otros se presten los beneficios que cada uno sea capaz de prestar a la comunidad…” Platón. República VII.520a., no entendiéndose de ninguna manera que cada uno obrará de acuerdo a su parecer sin objetivo común alguno, sino que se buscará la forma que el saber y entender de todos los hombres, sirvan para el bien común y la consolidación del Estado.


 Aristóteles en Etica a Nicómaco, toma a la política como un bien central, del cual la filosofía debe ocuparse, ya que el bien de la política constituye un bien del hombre dentro del órden natural del Kosmos, y para ello es necesario el desarrollo del conocimiento; esa subordinación al órden natural implica también en la polis, que lo privado debe subordinarse a lo público y esa relación se expresa en la subordinación de la ética a la política.

Habla de “Este es, pues, el objeto de nuestra investigación, que es una cierta  disciplina política” Aristóteles. Etica a Nicómaco. 1094b 10.

En la acción de dilucidar los interrogantes que plantean la investigación, Aristóteles encuentra que, “…la nobleza y la justicia que la política considera, presentan tantas diferencias y desviaciones, que parecen ser sólo por convención y no por naturaleza”. Aristóteles. Etica a Nicómaco. 1094b 15-20. Y de este hallazgo surgen dos características singulares, la aparición de la convención, como algo que no viene dado por ley natural, y el concepto de método, en cuanto a un proceso destinado a “…mostrar la verdad de un modo tosco y esquemático, hablando sólo de lo que ocurre por lo general…” Aristóteles. Etica a Nicómaco. 1094b.20-25.

En el desarrollo de su investigación sobre la cosas de la política, Aristóteles no sólo introduce que concepto del método para llegar a la verdad, sino que lo define, es aquí también donde hay una unidad dialéctica entre filosofía y política, expresando así la época,  la relevante función de la filosofía, en las cuestiones de la polis.


Aristóteles logra ir mas allá del método de análisis o de investigación y mas allá aún de la relación entre ética y política y definir, para ésta última objetivos precisos que le dan razón de ser, reafirmando una vez mas, la importante función de la filosofía en el tratamiento y acción de la cosa pública ya que, “Examinadas estas cosas, quizá podamos ver mejor al mismo tiempo cuál es la mejor forma de gobierno, y cómo ha de ser ordenada cada una y de qué leyes y costumbres se ha de servir para ser la mejor en su género.” Aristóteles. Etica a Nicómaco. 1131b. 20.

Autores: Tamara Waisman y Jorge Vázquez

lunes, 23 de septiembre de 2013

Entre la denuncia y la justificación.

Reproducimos un trabajo de 2006 sobre Ciencia y Tecnología en Argentina.

En este trabajo, se pude apreciar cuales son los avances en términos de políticas de estado y mas, como ya se pueden observar resultados, a sólo 5 años de la fecha de la publicación.

Pero un dato mas que interesante, resulta de ver en este trabajo, cuyo objeto fue reseñar la historia de la ciencia y la tecnología en la argentina, y hacer una análisis crítico de las visiones de Albornoz y de Solanas. (Fernando Pino Solanas).


En este análisis y sin entrar en detalle de la crítica a Albornoz, que por demás se puede ver en el propio trabajo; lo interesante es observar la posición de Solanas, que con su visión sobre el tema, desprovista de cualquier especulación de campaña electoral, demuestra la parcialidad de sus análisis, y su estancamiento entre la denuncia de lo que entiende no está bien, y la justificación de hasta donde se puede llegar. Queda en evidencia que su tan proclamada soberanía política; no es, en el núcleo de su concepción nada mas que una simple formulación.

Vamos al trabajo:

Política científica y tecnológica en la Argentina.

Política de Desarrollo Científico Tecnológico.
Por Federico Vázquez y Jorge Vázquez

Podemos decir sin temor a equivocarnos que la investigación científica y tecnológica tienen en la Argentina una tradición significativa; lo que seguramente sería bueno cuestionarnos o plantearnos como mínimo el interrogante si esa tradición está basada en hechos coyunturales, acciones aisladas, circunstancias especiales o si han sido el producto de una política de Estado en relación a la materia.

Creo que en el caso de la Argentina lo que no ha habido es justamente una Política de Estado para el Desarrollo Científico y Tecnológico que esté planteada dentro del marco de un Proyecto de Desarrollo Nacional de largo plazo, el cual se haya mantenido mas allá de las circunstanciales coyunturas, tanto nacionales como internacionales.

En el desarrollo de los diferentes ejes de este trabajo, podremos ir viendo como en situaciones cambiantes de la política nacional que,  debemos decir;  en general son el correlato del alineamiento que se ha mantenido con las políticas y necesidades de las economías hegemónicas; responden siempre a la aplicación de políticas acordes a esas circunstancias cambiantes y no a un proyecto de Desarrollo Nacional.

A manera de presentar una lógica de comprensión a partir de la cual poder exponer la opinión en cada uno de los puntos y poder conceptualizar la idea, es que pretendo plantear una síntesis del concepto sobre el cual hago las apreciaciones  y las conclusiones en cada caso.

Para comenzar debemos plantear que toda acción generada desde y con la fuerza del Estado responde a una clara definición de éste y no a una casualidad o disfunción del mismo; y este Estado (cualquiera sea el caso) se corresponde con un determinado sistema.

Entiendo que sistema es el que determina la relación entre los dueños de los medios de producción y la sociedad en general, es decir quien es dueño de los medios de producción, es por ende dueño del producto. En esta sintética definición lo que estamos viendo es que a partir del sistema se organiza la estructura social, es decir justamente como se relaciona la sociedad toda respecto del producto generado por la misma, y esa Estructura está organizada por una Super Estructura, que es la que se encarga de justamente organizarla para mantenerla y es lo que conocemos como Estado.
Así el Estado tiene como función fundamental cuidar y mantener el Status Quo de la Estructura.
Ese Estado a su vez está organizado institucionalmente por áreas que son las que ejecutan las políticas en cada caso, Ministerios, Fuerzas Armadas, Policías, leyes, etc.
Los gobiernos son los que ocupan temporalmente el manejo del estado, y cambian periódicamente sin que la organización institucional cambie, con esto, el poder económico que da base a la estructura, se garantiza el control del Estado, con gobiernos funcionales, a los que apoya cuando le son útiles y a los que desestabiliza, o derroca directa o indirectamente cuando no.

Como metodología de trabajo y con la intención de ordenar y comparar opiniones sobre los diferentes temas de estudio, pretendo sintetizar los conceptos de Mario Albornoz, adicionar información extraída del trabajo de Pino Solanas (La Argentina Latente)  y en cada punto dar una opinión al respecto desde un enfoque basado en el concepto arriba explicado para tratar de ver o de arribar a una conclusión de “los por que” de cada situación.


Impulso inicial a la investigación científica

Según Albornoz, los primeros grupos de investigación científica surgieron en los comienzos del siglo XX, localizados institucionalmente en las universidades públicas. De las cuales 3 sobresalieron en relación con el desarrollo de la ciencia en el país: La universidad de Buenos Aires, la de La Plata y la de Córdoba. Aun hoy en día las universidades nacionales disponen del grueso de la capacidad científica del país.
La investigación científica alcanzó su momento de mayor visibilidad y madures durante las décadas de 1950 y 1960(si bien el premio Nóbel le fue entregado a Bernardo Houssay1 en 1947) cuando se combinaron diversos factores que permitieron producir una “época de oro” de la ciencia en el país. Aquella investigación científica obtuvo reconocimiento internacional en el posterior otorgamiento del premio Nóbel a Luis Leloir2, en 1970 y a César Milstein3, en 1984.


1Bernardo Houssay: Sin duda el Nobel no era la meta de Bernardo H. Houssay, nacido el 10 de abril de 1887 cuando egresó como bachiller con las mejores calificaciones a los 13 años de edad, después de haber pasado, en solo cinco meses, el tercer grado a primer año. Su ingreso a la carrera de Farmacia a los 14 años no extrañó tanto como la facilidad con que aprendía y con que expresaba lo que había aprendido. Farmacéutico a los 17 años, inició sus estudios de Medicina trabajando simultáneamente como técnico de farmacia en el Hospital Francés y poco después en la Farmacia del Hospital de Clínicas. Su actividad laboral y dieciocho meses de servicio militar demoraron sin duda sus estudios, desarrollados en siete años, pero tampoco en la Facultad de Medicina pasó desapercibido.
Sí bien la comunicación del Real Instituto Carolino Médico-Quirúrgico que le concedió el Premio Nobel hizo mención a sus estudios sobre la hipófisis (en realidad mencionó la pituitaria, cosa que Houssay rechazó de plano), en realidad se estaba concediendo el premio a toda una trayectoria científica, impresionante por la diversidad y trascendencia de los trabajos que, además de la hipófisis, hicieron fuerte hincapié en la función del páncreas y el estudio de la diabetes. Es casi imposible resumir en tan poco espacio el quehacer y la personalidad de alguien tan grande. Pero su obra continuó en las instituciones que dejó, por ejemplo, el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, fundado en 1955 y presidido por él hasta su muerte, acaecida el 21 de septiembre de 1971.
2Luis Leloir: Su investigación más relevante, y por la cual obtuvo la distinción que le otorgó fama internacional, se centra en los nucleótidos de azúcar, y el rol que cumplen en la fabricación de los hidratos de carbono. Tras su hallazgo se lograron entender de forma acabada los pormenores de la enfermedad congénita galactosemia.
3César Milstein: Obtuvo el Premio Nóbel de Medicina y Farmacología en 1984 por sus teorías relacionadas con la "especificidad en el desarrollo y control del sistema inmunológico", y el descubrimiento de la técnica para producir anticuerpos monoclonales en gran escala.

Se graduó de Químico en la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA, a los 25 años de edad. Cinco años más tarde, fue nombrado por concurso en el Instituto Nacional de Microbiología "Carlos Malbrán", que gozaba de prestigio mundial. Al poco tiempo, partió hacia Cambridge, Inglaterra, becado por el laboratorio que dirigía otro Premio Nobel, el Dr. Frederick Sanger, en el Medical Center Research.
Posteriormente, regresó a la Argentina para ser Director del Departamento de Biología Molecular del Instituto Malbrán. En 1961, motivos políticos hicieron que decidiera retornar a Inglaterra. Allí realizó las investigaciones que concluyeron con el descubrimiento de la novedosa técnica para producir anticuerpos monoclonales.

En 1983, el Dr. Milstein adoptó la ciudadanía inglesa, y fue nombrado jefe y director de la División de Química de Proteínas y Acidos Nucleicos de la Universidad de Cambridge. Ha recibido numerosas distinciones y premios, como el doctorado honoris causa de la Universidad Nacional del Sur.

El Domingo 24 de marzo de 2002 fallece en Cambridge a los 75 años y a raíz de una enfermedad cardiaca. 


Solanas a su vez hace referencia a este tema y si bien en el documental no sigue una sucesión cronológica, sino por áreas, del desarrollo, científico tecnológico. Esto, en mi opinión sirve como información adicional o complementaria al planteo de Albornoz, pero el no seguir una sucesión cronológica impide en alguna medida hacer un análisis integral de la situación ya que dichos procesos, no se dieron por necesidades concretas de cada área científico técnica, sino por necesidades basadas en situaciones internacionales y nacionales determinadas que motivaron el impulso en algunos momentos, el vacío de políticas activas en otros momentos, y en circunstancias mas críticas podríamos decir que la desarticulación y en alguna medida, por lo menos el intento de vaciar ya no solo de contenido,  sino del valiosísimo recurso humano que durante décadas el país había preparado para tales fines.
Como planteamos en los primeros conceptos de este trabajo, éstos primeros grupos de investigación en los primeros años del siglo XX,  eran la resultante de una política concebida para el momento y en un determinado contexto internacional, en el cual a la Argentina se le reservaba un papel en la división internacional del trabajo, diferente al actual, y que estaba mas signado por el ordenamiento producido a partir de la revolución industrial, que por la proyecciones que para la época habían de lo que luego sería la revolución tecnológica.

La búsqueda del desarrollo tecnológico

Paralelamente, también la problemática de la tecnología tuvo relevancia a partir de los años sesenta, en el contexto del auge del pensamiento desarrollista inspirado por CEPAL y de la apuesta pública al impulso de grandes emprendimientos. Las actividades de investigación y desarrollo (I+D) tuvieron cierto grado de implantación en las empresas públicas; particularmente en las áreas de la energía y de la defensa. La Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) se convirtió en un emblema de la capacidad científica y tecnológica local ya que, además de cumplir con su propio cometido, generó un tejido de empresas capaces de producir bienes con muy alto valor agregado. Algunas de ellas siguen actualmente muy activas.
El desarrollo tecnológico ocupó también un espacio en el plano teórico o doctrinario, como parte de la concepción de un Estado que debía ser capaz de
ejecutar políticas activas en muchos planos; entre ellos, el de la producción. Las contribuciones de Jorge Sábato, Amílcar Herrera y, desde una perspectiva diferente, Oscar Varsavsky, entre otros, a lo que fuera luego conocido como «pensamiento latinoamericano en ciencia y tecnología» conservan todavía parte de su vigencia e interés. El modelo del triángulo de las interacciones, elaborado por Sábato para ilustrar la estrategia más viable para alcanzar el desarrollo es el inspirador de la actual teoría de la triple hélice con la que algunos autores contemporáneos fundamentan determinadas estrategias de vinculación entre los actores políticos, académicos y empresariales como camino que conduce a la innovación.

Indudablemente cierto el concepto de Albornoz, en lo referente a la concepción de Sábato respecto del enfoque integral que hay que dar en plano, político, académico y empresarial, pero una vez mas, el análisis a realizar es, entender el por que? Y el  para que? De un determinado proceso o de una política activa que lo incentive.

En la década del 60, ya había pasado en la Argentina la primera época de desarrollo industrial, que podríamos citar en la década del 40 y 50, signadas casi exclusivamente por la II Guerra Mundial y los años de Post Guerra y el “Grand Deal” Americano.
La segunda Guerra mundial no fue otra cosa que una crisis del propio sistema Capitalista donde a las contradicciones propias del sistema sobre quien sería la potencia hegemónica a nivel mundial, se le incorporaba la realidad ya insoslayable de la consolidación de otro sistema, basado en otra estructura que además cuestionaba la existencia misma del capitalismo, el Socialismo que ya llevaba mas de dos décadas de existencia en la U.R.S.S. 
Y en los 60, aparece en América Latina un nuevo escenario a partir del triunfo de la Revolución Cubana el 1 de enero de 1959, que 3 años mas tarde se definió como Revolución Socialista.

En el resto de América Latina, las políticas desarrollistas que habían tenido sus primeros esbozos en México con Lázaro Cárdenas en los años 30 y a partir de allí en una sucesión de acontecimientos que llegaron hasta mitad de los años 60, pasando por Prestes en Brasil, Perón en Argentina y Velazco Alvarado en Perú.
Cuando promediaban los años 60 y se consolidaba este nuevo proceso que contraponía los intereses de las potencias Europeas y los Estados Unidos, a los intereses regionales, la respuesta fue llevar adelante una política agresiva de derrocamiento sistemático de todas las democracias de la región, sustitución por Dictaduras Militares y políticas de freno al desarrollo nacional de los países de la región y descabezamiento de los liderazgos, políticos, empresariales, sindicales y estudiantiles. Así se llegó en el ámbito de la educación a la conocida “noche de los bastones largos” que no fue, ni un exceso ni un descontrol de mandos militares intermedios, fue una política de Estado.

Creación del sistema institucional de la ciencia y la tecnología

La mayoría de las instituciones destinadas a diseñar y ejecutar políticas destinadas al desarrollo científico y tecnológico en Argentina fueron establecidas en la segunda mitad de la década de los cincuenta. La CNEA fue creada en 1950 y reorganizada en 1956; el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) fue creado en aquel mismo año; el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), al año siguiente y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), en 1958. Este último organismo, concebido como un instrumento para promover la investigación científica en las universidades, estuvo parcialmente inspirado en el modelo del CNRS francés. Diez años más tarde, en 1968, se creó un nuevo organismo —el CONACYT—, cuyo objeto era regular el conjunto de la trama institucional de la política científica y tecnológica. Tuvo vida efímera, pero es el antecedente histórico de la actual Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva. Durante los siguientes treinta años no se crearían nuevas instituciones.
En general, la historia institucional de la política científica y tecnológica ha transcurrido en Argentina más próxima a la perspectiva y los intereses de la investigación académica que a las demandas del sector productivo. La creación
de los organismos puede ser explicada en función de tres factores: en primer lugar, el auge de la teoría del desarrollo; en segundo lugar, y en relación con lo
anterior, la creencia acerca de que el Estado debía desempeñar un papel protagónico en el estímulo y la producción de conocimientos científicos y tecnológicos y que, adicionalmente, era necesario desarrollar una verdadera planificación de dichas actividades. En tercer lugar, la difusión de modelos institucionales para la planificación, promoción y producción de conocimientos difundidos por agencias internacionales como UNESCO y OEA.
A partir de 1996 se llevó a cabo una reestructuración del sistema institucional mediante una nueva definición de los objetivos y los roles de los organismos que lo integran. En particular, se enfatizó la necesidad de orientar la I+D pública hacia las necesidades de innovación del sector productivo. El Sistema Nacional de Innovación apareció como el concepto organizador de la nueva política pública de ciencia y tecnología tendiente a orientar las actividades científicas y tecnológicas hacia la innovación. Para ello se creó, además, la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (ANPCyT) con sus dos fondos: el FONCYT, para el financiamiento de proyectos de investigación y el FONTAR para promover la innovación y modernización del sector productivo.

Rupturas y retrocesos

El desarrollo científico y tecnológico de Argentina siguió un proceso signado por numerosas rupturas, estrechamente relacionadas con los vaivenes del contexto político e institucional del país. Existe consenso en señalar que el avasallamiento de la Universidad de Buenos Aires en 1966, conocido como «la
noche de los bastones largos» significó, de hecho, la ruptura de buena parte de
las tradiciones científicas. Como consecuencia de aquellos episodios se produjo la disgregación y migración de muchos grupos consolidados, lo cual dejó a una generación de jóvenes investigadores sin un conjunto de científicos que debían haber sido sus referentes.
Durante el gobierno militar del período 1976-1983 la política científica y tecnológica estuvo fuertemente orientada hacia los temas considerados de interés para el régimen. Al mismo tiempo, como una estrategia enmarcada en el plano ideológico, se quitó apoyo a la investigación universitaria y se favoreció un trasvase de los grupos más calificados hacia el CONICET. Ambas políticas comenzaron a ser revertidas a partir de que el país recuperara la democracia: algunos de los programas de interés militar, como el Proyecto Cóndor, destinado al desarrollo de misiles, fueron cancelados y el programa nuclear fue reducido. Las universidades públicas, en cambio, comenzaron una recuperación muy acentuada de su capacidad para realizar investigación científica. Posteriormente, en la década de los noventa, la mayoría de estas universidades crearon estructuras tendentes a favorecer la transferencia de conocimientos y la prestación de servicios al sector privado, siguiendo, en términos generales, el modelo de las universidades españolas.
Las políticas económicas neoliberales que fueron puestas en práctica a partir de 1976, aplicadas intermitentemente en los primeros años de la democracia y rigurosamente ejecutadas en la década de los noventa, centradas en la apertura de la economía y la estabilidad macroeconómica, conspiraron contra la trayectoria tecnológica de las empresas argentinas y restaron interés a la capacidad de producir localmente conocimientos científicos y tecnológicos relevantes.
Con el reciente cambio de gobierno, un nuevo enfoque ha comenzado a darse a la política económica, pero aún es pronto para estimar el impacto que tendrá
sobre el financiamiento de la ciencia, la tecnología y la educación superior, si bien ciertos elementos anticipados permiten alentar esperanzas de que la difícil situación actual comience a ser revertida.

En este punto, entre el trabajo de Albornoz y el de Solanas, aparecen grandes coincidencias, que tienen que ver, sin entrar en detalles con los datos objetivos de los hechos, pero entran en una interesante contradicción a la hora de dar la explicación del por que, se produjeron esos acontecimientos.

Seguramente que buena parte de la explicación de dicha contradicción está dada por el prisma a través del cual cada uno de ellos mira, las políticas desarrolladas en esos momentos. Albornoz nos trae un sucinto reconto de lo que luego fue el discurso neo liberal para explicar el porque de políticas que no solo atentaron contra el desarrollo nacional, sino que en algunos casos desmantelaron años de investigación y desarrollo.
Solanas en este punto, va mas allá de contar los hechos y con una opinión si se quiere discutible, enfoca el análisis a partir de tratar de establecer, que políticas se llevaron a cabo, y a que intereses servían; simplemente utilizando esta metodología, se ve obligado a encontrar excusas y mentiras del discurso oficial; que Albornoz solo repite, este es el caso del Proyecto Cóndor, del cual Albornoz nos transmite que “…algunos de los programas de interés militar, como el Proyecto Cóndor, destinado al desarrollo de misiles, fueron cancelados y el programa nuclear fue reducido…”, que el Proyecto Cóndor estaba dentro de la órbita de la fabrica militar, es cierto, que fuera un proyecto sólo de interés militar es una falacia, así lo explica Solanas, en sendos reportajes a Físicos de reconocida trayectoria en el país, que explican que el proyecto Cóndor iba mucho mas allá que desarrollar un misil.
Lo que Solanas tampoco explica es que esta decisión fue una política de las potencias hegemónicas, pues este desarrollo competía con su Complejo Militar Industrial; no solo por la calidad del desarrollo, sino porque ofrecía alternativas a otros países que sin esta posibilidad se vieron obligados a comprar la tecnología de Locked a un valor de intercambio desfavorable.
Tan así, era este tema importante que, todo lo que se había avanzado en investigación y desarrollo llegó vía España a los Estados Unidos; que todas las instituciones financieras en las cuales Estados Unidos, tiene mas que una importante influencia, léase FMI, Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo, colocaron insistentemente, en forma decisiva durante el Gobierno de Raúl Alfonsín, que se desmantelara el Proyecto Cóndor como condición necesaria pero no suficiente para el otorgamiento de cualquier tipo de asistencia financiera al país.

La situación actual

Pese a su tradición de éxitos tempranos, la ciencia argentina atraviesa una crisis profunda que, en parte, acompaña la crisis general del país, pero que, además, obedece a problemas propios. Es cierto que todavía existen grupos de excelencia que mantienen un adecuado nivel de actividad y que, en términos generales, la comunidad científica ha sido activa en la defensa de las instituciones de investigación, pero en su conjunto el panorama actual es un reflejo empobrecido del pasado esplendor. Existen también muy buenos ejemplos de capacidades tecnológicas competitivas a escala internacional, como los de la empresa mixta INVAP y la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), aunque lamentablemente son aislados, en el escenario de un perfil productivo con escaso valor agregado.

Muy baja inversión

La inversión argentina en ciencia y tecnología apenas alcanza al 0,42% del PBI, mientras que Alemania invierte el 2,26%, Estados Unidos el 2,68%, Francia el 2,32% y Japón ha superado ya el 3%. En América Latina, Brasil alcanzó el 1,05% en el año 2000. La media latinoamericana, de un 0,62%, es superior al valor de Argentina. En valores absolutos (Gráfico 1), Argentina invirtió en 2001 el equivalente a 1.141 millones de dólares, en tanto que México superaba los dos mil doscientos millones y Brasil los seis mil doscientos millones.

La medida de las actividades científicas y tecnológicas, siguiendo el concepto más amplio de la UNESCO2 arroja una diferencia aún más amplia. En la actualidad, la mayor parte de las instituciones científicas y tecnológicas se encuentran en un estado de emergencia en el plano presupuestario, en lo relativo a su misión, a sus orientaciones y su funcionamiento. Así, este país, que décadas atrás pudo producir premios Nobel y desarrollar tecnología propia, hoy apenas puede sostener el esfuerzo científico y tecnológico que requiere el mundo de fin de siglo.
En este punto y en el anterior, una vez mas es el análisis de las causas lo que no se ve en el trabajo de Albornoz, es el porque de la situación actual, el porque de la baja inversión y su lógico correlato.
Quizás en este análisis, por actual y porque se está dando en este momento, (mas allá de la antigüedad que tenga los datos de Albornoz, hoy en día, seguimos en una situación de crisis no resuelta en el tema de desarrollo científico y tecnológico y la inversión sigue siendo por demás escasa)  lo interesante no  es arriesgar una definición u opinión propia, sino plantear el debate, en un ámbito de discusión mas que importante, no tanto por el lugar que ocupa en relación a la toma de decisiones respecto del tema; sino porque es un ámbito de formación de futuros profesionales vinculados al desarrollo científico y tecnológico, que venimos de una generación en la cual el ámbito de discusión y participación ha sido mas que escaso, y debiera ser un ámbito o un método de trabajo con el cual deberíamos estar familiarizados.

Capital humano de cierta importancia

Con el sector productivo en crisis, las universidades con problemas de financiamiento y las instituciones científicas alejadas de la actividad tecnológica, no debería sorprender que los investigadores argentinos estén actualmente entre los que cuentan con menos recursos en todo el mundo. Mientras el sistema científico y tecnológico argentino necesita imperiosamente más investigadores y mayor inversión, lo que está ocurriendo realmente es el éxodo de muchos de los científicos y profesionales jóvenes más calificados.
La historia, sin embargo, permite disponer de una herencia que todavía constituye un capital de cierta importancia. Con sus más de veinticinco mil investigadores y becarios (Gráfico 2), Argentina muestra el indicador más alto con relación a la población económicamente activa (PEA). El valor de 1,67 investigador por cada mil integrantes de la PEA duplica al de Brasil y supera al de Chile. Como se puede ver, la existencia de una dotación relativamente importante de investigadores parece ser el resultado de la persistencia de tradiciones científicas de larga data.
Gráfico 2
Investigadores y becarios en países de América Latina

Sin embargo, esta relativa fortaleza podría verse debilitada en el futuro, si no se dieran las condiciones sociales, económicas e institucionales necesarias para facilitar la inserción laboral de los jóvenes científicos. A ello se debe agregar que, a pesar de los esfuerzos que se realizaron en épocas pasadas por promover el desarrollo tecnológico basado en la utilización de conocimientos científicos producidos localmente, la mayor parte de ellos rara vez fueron efectivamente aplicados en los procesos de producción de bienes y servicios. En este contexto de restricciones, el salario de los investigadores y los docentes universitarios es extremadamente bajo y genera escasos estímulos al desarrollo de vocaciones científicas y académicas.

Una vez mas asistimos a la presentación de los datos y al estado de situación lo que no aparece claramente es el diagnóstico y las causas de este estado de situación y como en el punto anterior, considero que puede ser un interesante punto de debate sobre el porque sucede y como se debería revertir.

Sí pretendo dejar una posición planteada respecto de un cambio sustancial en lo que se refiere al concepto de Capital, en la actualidad respecto de lo que el mismo concepto expresaba 5 décadas atrás.

Cuando hablábamos de políticas de desarrollo nacional, en algunos casos en contraposición de políticas de desarrollo de otras naciones, y el rol que el capital tenía en dirimir tal contradicción, podemos decir que en aquellos años, el concepto de capital, se refería exclusivamente al del capital físico.

Actualmente dicho término tiene otra concepción, hoy todo proceso de desarrollo  debiera ser sostenible y sustentable en el tiempo, por lo cual el concepto de capital moderno tiene 3  factores que lo componen:

Ø  Recursos Humanos.
Ø  Recursos Naturales.
Ø  Capital físico.

Las universidades

Actualmente, más del sesenta por ciento de las cincuenta mil personas que trabajan en actividades científicas y tecnológicas en Argentina lo hacen en las universidades nacionales (públicas). En casi todas ellas se ha producido la consolidación de ciertos grupos de excelencia. La influencia de instrumentos para financiar el mejoramiento de la calidad de las universidades, así como la práctica de la evaluación y acreditación universitaria ha sido positiva y expresaron políticas públicas más activas en el impulso a la investigación y el mejoramiento de la calidad de las universidades.
No obstante, la concentración de las capacidades científicas y tecnológicas en el sistema universitario en un grado tan alto contradice las tendencias mundiales, que apuntan más bien hacia un fortalecimiento de las estructuras de
la I+D empresarial. En este sentido, la fortaleza relativa de las universidades nacionales en materia de investigación científica puede ser vista como la contracara del escaso dinamismo tecnológico del sector productivo argentino.
Por otra parte, pese a concentrar el grueso de los investigadores del país, la estructura de las universidades nacionales no puede ser presentada en general como la que correspondería a una institución que aspire a ser identificada como el locus de la ciencia. Los números son elocuentes: sólo el 16% de los investigadores universitarios tiene dedicación exclusiva. Los docentes investigadores (un conjunto de más de 25 mil personas) representan sólo el 17% del personal de las universidades nacionales.
A los datos cuantitativos hay que agregar la estructura fragmentada en facultades, cátedras e institutos de la mayor parte de las universidades nacionales (las más tradicionales, en particular), lo que obstaculiza el desarrollo de proyectos de cierta envergadura y la conformación de masas críticas que presupongan vínculos interinstitucionales y trabajo en redes.

Como en puntos anteriores y mas allá del debate me parece que es un punto en el cual podríamos tener la posibilidad de recibir parámetros de medición y/o comparación de los datos expresados y su significación.

Las empresas

En lo que respecta al sector privado, las empresas argentinas son, con algunas excepciones, poco innovadoras. La inversión privada en ciencia y tecnología apenas representaría un 20% del total del país, mientras que en los países industrializados la contribución del sector privado oscila entre el 50% y el 75% del esfuerzo nacional. La comparación entre el desempeño de las mejores empresas argentinas desde el punto de vista tecnológico y las mejores a nivel mundial (Gráfico 3) muestra un abismo de tales proporciones que obliga a dejar de lado estrategias imitativas y replantear los supuestos mismos de una política tecnológica, orientándola más hacia el aprendizaje, la modernización y la conformación de redes que fortalezcan capacidades, hacia la innovación basada en I+D formalizada como tal.

Entiendo que, comparar las capacidades imitativas de las empresas argentinas respecto de el estándar internacional, sin tener en cuenta la situación política, económica del país en general, las leyes y programas de incentivos y las leyes y programas de financiamiento, es cuanto menos una forma mas que parcial, demasiado diría para hacer un análisis serio. Por cuanto poner el énfasis en el replanteo de la política tecnológica, su orientación al aprendizaje, la modernización y orientarla a la conformación de redes, es inviable, sin un política de fomento de la pequeña y mediana empresa que por cierto genera casi el 70% de la ocupación de la población económicamente activa y que, como ya hemos dicho la aplicación de políticas o la falta de aplicación, no son circunstancias casuales ni producto de generación espontánea sino políticas de Estado que se llevan a cabo con fines determinados. En este punto considero que Albornoz tiene una tendencia a la simplificación del problema.





Un énfasis debe ser puesto sobre la conformación de redes, por cuanto uno de los problemas principales del sistema tecnológico es el aislamiento y los compartimentos estancos. Son insuficientes los vínculos entre quienes producen y aplican los conocimientos. Muchos empresarios descreen de la ayuda que puedan recibir de los científicos y tecnólogos. Por otra parte, una desconfianza recíproca hacia los intereses empresariales prevalece en algunos sectores de la comunidad científica. Por lo tanto, el establecimiento de vínculos de colaboración mutua es un cambio necesario para lograr que el conocimiento científico y tecnológico pueda ser apropiado por la sociedad.

Me da la sensación de que Albornoz en este caso se pone en el centro de la discusión y entiende la realidad a partir de su idea y conocimiento parcial.
Si Albornoz al hablar de empresarios que descreen de la ayuda, etc, etc, habla de empresarios de grandes empresas o funcionarios de grandes corporaciones, se equivoca, porque dichas corporaciones han solicitado en muchos casos al estado investigaciones, resultado de las cuales luego patentan sus productos y cobran regalías que el país debe de alguna forma tributar, tal cual los explica Solanas en el documental. O sea, saben bien lo que la ciencia les aporta pues con ese aporte ganan dinero.

Si la referencia la hace a los pequeños y medianos empresarios, lo que muestra es un profundo desconocimiento del sector, pues no descreen del aporte que la ciencia puede hacerles, no tienen acceso ni remotamente a el avance tecnológico.

Cambios en el contexto: la sociedad del conocimiento

El contexto en el que se procesa socialmente el conocimiento ha cambiado profundamente en los últimos años, como resultado de varias tendencias dinámicas y complejas. Entre ellas, el doble proceso por el cual, de una parte, el conocimiento se ha convertido en el más importante impulsor del proceso de crecimiento económico y en un elemento que dinamiza el cambio social, en tanto que, de otra, ha ido perdiendo vigencia el modelo lineal basado en el necesario predominio de la investigación básica. El nuevo contexto plantea fuertes desafíos al concepto de política científica entendida como política de investigación, para incorporar nuevos enfoques relativos al flujo de la información y a la difusión, así como a la apropiación de los conocimientos. En consonancia con tales tendencias, se ha consolidado un discurso que anuncia la emergencia de un nuevo tipo de sociedad a la que se denomina «sociedad de la información» o «sociedad del conocimiento».

La base material de la nueva sociedad es la llamada «infraestructura global de la información», de la cual Internet es un instrumento esencial. La rápida expansión de esta infraestructura está transformando, desde el comercio, hasta
la educación y las formas de organización de la comunidad científica, incluyendo la investigación en sí misma y los procesos de difusión y aplicación del conocimiento.
A diferencia de otros cambios tecnológicos, el rápido desarrollo y difusión de las tecnologías de información, así como la emergencia de nuevas aplicaciones
tienen el potencial de afectar a todos los sectores económicos, las estructuras organizacionales, el empleo, los servicios públicos y un gran número de actividades sociales y culturales.
En América Latina muchos países han tomado nota de estas nuevas circunstancias históricas. Brasil, por ejemplo, preparó y editó su Libro blanco para la sociedad de la información. Argentina creó estructuras de gobierno para el desarrollo de políticas en este tema y en determinado momento se gestó la confusión de que ellas reemplazarían, lisa y llanamente, a la política científica y tecnológica.


Enfoques y estrategias alternativas hacia el futuro

¿Cómo enfrentar un escenario poblado de tantas dimensiones cambiantes? A falta de una estrategia de desarrollo capaz de unificar expectativas, el ánimo de quienes analizan alternativas viables de política científica y tecnológica en Argentina se caracteriza por el desconcierto. En tal escenario confrontan diferentes estilos de política científica que se corresponden con la visión y los intereses de distintos actores y que configuran diferentes culturas, en el sentido de valores, normas y legitimidades predominantes.

Así, es posible reconocer, en primer término, la vigencia de un enfoque propio de la cultura científica tradicional, sostenida fundamentalmente por los propios investigadores, que defiende la necesidad de asignar recursos al fortalecimiento de la investigación básica, siguiendo casi exclusivamente criterios de calidad. Este modelo, apoyado en forma amplia por la comunidad científica, no encuentra suficiente apoyo en otros actores sociales. Pese a que en esta visión se mezclan intereses corporativos y que carece de propuestas que permitan vincular eficazmente la ciencia con la tecnología y la producción, en Argentina, es preciso reconocer que la comunidad científica emerge hoy como el actor social más comprometido en la demanda de políticas que consideren a la ciencia como un recurso estratégico.

Un enfoque alternativo denota la influencia de la cultura económica y está centrado en el estímulo a los sistemas de innovación y la política que propone se orienta a fortalecer los vínculos entre las instituciones que integran la red sistémica.

Esta política suele ser presentada como complementaria a la que se propone desde la cultura científica, pero en la práctica es percibida como confrontando con ella, en la medida que postula la necesidad de reemplazar la política científica tradicional por otra orientada hacia el estímulo de la conducta innovadora por parte de las empresas. Ciertos actores interesados en impulsar una modernización industrial respaldan una estrategia de este tipo. Sin embargo, esta posición registra dos debilidades: una de ellas deriva de la escasa demanda de conocimientos por parte de las empresas, lo que convierte a los sistemas de innovación más en un postulado teórico que en una realidad. La otra es inherente al reduccionismo de su enfoque, ya que pretende abarcar la totalidad del proceso creativo de conocimiento científico desde la óptica innovadora. Por este motivo, la comunidad científica suele rechazar su aspecto economicista.

Un tercer enfoque ha surgido en el seno de una cultura burocrática que supone ser capaz de alcanzar la mayor racionalidad en la articulación de los fines y los medios. La visión propia de este enfoque ha conquistado espacio en los últimos
años en distintos círculos de opinión. Desde una perspectiva modernizadora, este enfoque menosprecia la utilidad de la investigación y, en general, de los esfuerzos orientados a lograr una capacidad científica y tecnológica propia. Se basa en la suposición de que las tendencias globales han de producir necesariamente una nueva distribución internacional del trabajo y del saber que, por necesaria, deberá ser aceptada. Desde esta óptica, países como Argentina no estarían en condiciones de formar parte del grupo de aquellos que producen la ciencia y la tecnología, sino sólo de los que se limitan a aplicarlas. Cree además en la disponibilidad universal de los conocimientos y, si a esto se suma el deslumbramiento por Internet, no es raro que la política científica y tecnológica correspondiente a este enfoque termine basada en una confusión entre los procesos de creación y de transmisión de conocimientos, como antes se ha señalado.

La existencia de los tres enfoques y culturas reseñados es un dato fáctico que surge de observar la conducta de los actores en el escenario de la política  científica y tecnológica en Argentina. No son, por lo tanto, en el plano lógico, las únicas alternativas posibles. Muy por el contrario, se trata de un cuadro necesariamente abierto, en el que hoy no es conveniente eludir la búsqueda de nuevos enfoques flexibles y transdisciplinarios, tal como lo es el nuevo modo de producción de conocimiento científico y tecnológico.

Formular una política de ciencia, tecnología e innovación en un país como Argentina, en la época actual, es una tarea para la que se carece de las certidumbres ideológicas de antaño, en tanto no se cuenta ya con el marco general de una «teoría del desarrollo» y ni siquiera con sistemas institucionales seguros y predeterminados. Sin embargo, no se carece de ciertas evidencias como, por ejemplo, la de que el país se ve forzado a fortalecer su capacidad de gestionar el procesamiento social del conocimiento para mantener opciones de futuro, así como que tal capacidad no sería sustentable si se pretendiera cercenar de ella la aptitud para investigar y producir conocimiento localmente. 

Tal certidumbre opera como una brújula gracias a la cual es posible evaluar las fortalezas y las debilidades en materia de ciencia y tecnología, con el fin de diseñar estrategias que sirvan para sortear amenazas y aprovechar al máximo las oportunidades disponibles.

Los éxitos alcanzados recientemente para el desarrollo y la exportación de equipamientos nucleares de experimentación por parte de INVAP, los desarrollos de tecnología de satélites realizados por la CONAE y el avance en varias líneas de investigación en biotecnología aplicada al agro, muestran que las oportunidades existen, tanto en el plano de la investigación básica, como en el desarrollo tecnológico.

El fortalecimiento de la capacidad tecnológica debe tomar en cuenta que el contexto mundial impone la necesidad de disponer de una economía eficiente y competitiva, lo que debe traducirse en políticas industriales cuyo eje sea la modernización tecnológica y el desarrollo de una cultura de la innovación. Al mismo tiempo, es necesario remarcar que la experiencia ha demostrado que tales propósitos sólo se logran mediante políticas activas; el Estado debe jugar un rol fundamental para asegurar la acumulación del conocimiento científico y tecnológico que requiere la sociedad argentina.

Una vez mas Albornoz separa en compartimentos estancos la política de desarrollo científico y tecnológico, del desarrollo social en sí mismo.

La comprensión de que el desarrollo social, genera desarrollo científico y éste a su vez retroalimenta al primero, tanto como el desarrollo de cualquier otra área del quehacer humano, como el arte, el aprovechamiento del tiempo libre y otras áreas que sin excepción algunas están signadas por el desarrollo político, facilitaría la noción de que todo cambio, revolucionario o evolutivo tiene siempre un final abierto, donde lo mas importante no será en todo caso saber cual será su final, sino como vamos a participar en el proceso y en como nos va a servir el resultado.