
Café con Voz pretende ser un espacio del que todos podamos participar, con reflexiones, notas, información y sugerencias de libros, música, eventos,...un espacio reflexivo, donde el intercambio sea de ideas,para lograr una dimensión superadora, de sociedad; de sus problemas, de sus desafíos; buscando la diversidad que enriquece. Café con Vos, recrea la idea de compartir un café, una charla, un mate con vos, con el otro, con el que reafirma tu condición de ser, justamente por ser otro.
lunes, 17 de agosto de 2015
viernes, 23 de enero de 2015
Días de aprendizaje
Tiempo atrás,
reflexionamos sobre una situación paradojal de nuestros días; el rol de las
partidos autodenominados de "izquierda", su rol histórico, su
posición frente a las mayorías, y en síntesis, su relación con la derecha, en
todas sus formas.
El título de esas reflexiones fueron La Izquierda Invertida, y hoy a no demasiado tiempo de publicar esas opiniones, nos encontramos ante otra situación paradojal, que buena parte tiene que ver con lo que en aquella otra oportunidad reflexionamos en relación a la derecha, su rol histórico y los métodos que a lo largo de 200 años, había utilizado para "hacerse" del control del estado, métodos entre los que mencionábamos su inserción en el poder judicial; y entre otros conceptos decíamos:
"Este
proyecto político al que todos conocemos o nombramos como Proyecto Nacional y
Popular, es desde lo político, de izquierda, por caracterizarlo de algún
modo.
¿Por qué?
Se lo puede caracterizar así, por
composición de quienes lo sostienen; un gran y amplio conjunto de la sociedad
que representa a una parte indiscutiblemente mayoritaria de la argentina
de hoy; por la militancia cotidiana, no solo partidaria, sino también social,
empresarial, académica, científica; miles y miles de personas que día a día
aportan buena parte de su tiempo y de su saber a la construcción de una
sociedad mas justa y equitativa, en muchísimas áreas.
Se lo puede caracterizar así
también, por la acciones de gobierno, inclusivas, distributivas, ampliando
derechos, y si es necesario (sobre todo porque es necesario) quitando
privilegios, algunos quizás no todos, pero esto es política, ni infantilismos,
ni magia; sólo política.
Se lo puede caracterizar así, por
realidad. Por esa realidad cotidiana que construyen mayorías en los distintos
espacios donde la democracia se edifica día a día a base de participación,
compromiso y responsabilidad de miles y miles de ciudadanos.
Desde lo ideológico, podemos
decir que este proyecto tiene matices; porque es hoy por hoy una construcción
que se está llevando a cabo; con las tensiones propias de una construcción
colectiva donde las partes, no piensan, ni sienten ni actúan de la misma forma;
afortunadamente; pero coinciden en esta coyuntura en que la unidad y la
organización (inclusive en el disenso) es la única forma de construcción de las
mayorías para las mayorías; ya que la diversidad y su aceptación, es condición
necesaria para la construcción colectiva de mayorías.
Desde lo ideologizante; es decir
desde el tinte ideológico que desde afuera del espacio, se le quiere
colocar a este proceso histórico, podemos percibir como mínimo dos grandes
miradas.
La primer mirada es la que hace y
busca instalar la derecha que, con intereses encontrados desde lo económico y
lo ideológico, y, con objetivos inconfesables para ser explicitados con la
esperanza que las mayorías los acompañen, no encuentra hoy argumentos mas allá
de la descalificación lisa y llana de cualquier hecho político que provenga
tanto del gobierno, como de la sociedad movilizada; tanto mas si proviene de
los dos espacios a la vez.
Con esta falta de propuestas
(confesables) y de intérpretes confiables a la sociedad; así como ayer apelaron
a crear las condiciones necesarias e instigaron, apoyaron y participaron de los
golpes de estado a gobiernos democráticos y luego participaron también de los
gobiernos de facto que sobre esos golpes se encaramaron en la conducción del
estado; sin otro objetivo que el de preservar o incluso aumentar los
privilegios minoritarios que tienen; hoy, y no porque no quieran, sino porque
no hay espacio para eso, se valen de todo el andamiaje institucional que
durante dos siglos construyeron en el estado liberal, para valerse de las
instituciones cooptadas, en su intento por resistir a la democratización de la
República"....

Lo que a esta Corporación Judicial parece no importarle, es que el Estado, en toda su dimensión, no es sólo
una estructura de poder, en este caso es la estructura de poder que está siendo
administrada por un gobierno legítima y constitucionalmente elegido por el 55%
de la sociedad.
Hasta donde llega el
entretejido de los interese económicos de la derecha y su infiltración, lisa y
llana en el Estado Argentino, parece ser una incógnita difícil de develar.
De lo que hoy debemos
tener mayor certeza, es que la lucha por la Justicia es una sola, los ámbitos
de esa lucha, múltiples y muy variados. Incluso en el Poder Judicial.
Al Poder Ejecutivo y al
Poder Legislativo, en todos los niveles de gobierno, la ciudadanía los
reconfirma o no en sus funciones cada 2 o cada 4 años; a través de los procesos
electivos.
¿Cómo
y cada cuánto puede la sociedad reconfirmar o no en sus funciones, a quienes
ocupan el Poder Judicial para utilizarlo en desmedro de lo justo?
Encontrar respuestas a este interrogante, y llevar adelante las acciones correspondientes, es hoy, el deber de cada ciudadano que vive por y para una sociedad justa y equitativa.
Habrá que ver quien se para de un lado, y quien del otro; y no podrán culpar al gobierno de fomentar divisiones y enfrentar a la sociedad.
La peor violencia, es la violencia ejercida desde el Estado. Así lo aprendimos los argentinos en la experiencia mas amarga que nos haya tocado vivir; y luego de años y años de resistencia, lucha, privaciones, exclusiones y aprendizaje, pudimos y supimos finalmente castigar a quienes desde el Estado ejercieron la violencia sobre la sociedad, y aún lo continuamos haciendo.
Hoy hay una nueva forma del ejercicio de la violencia desde el Estado, en este caso desde algunos miembros del Poder Judicial. ¿Sabremos los argentinos transitar esta nueva situación histórica, y, sobre el aprendizaje hecho, llevar ante una verdadera justicia a éstos que hoy, pretenden robarnos el futuro?
Una respuesta que aún no tenemos.
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